CLASE 11
Iniciamos el Módulo 6 de este curso; en esta primera sesión, enfatizamos en la importancia de reconocer y sanar las heridas emocionales, especialmente la humillación, para mejorar el desarrollo personal y la salud. Se destacó la necesidad del equilibrio emocional, la libertad personal y la conexión física, guiando ejercicios para aumentar la conciencia corporal y la autoconciencia.
Lorena, explicó el concepto de heridas emocionales, centrándose en la herida de la humillación y su impacto en el desarrollo personal. Recordamos la importancia de reconocer y sanar estas heridas, utilizando la analogía de limpiar un estanque para ilustrar el proceso de crecimiento personal. Lorena, compartió la historia de una maestra que sufrió enuresis en su infancia, destacando cómo esta experiencia afectó su autoestima y desarrollo social, y cómo eventualmente buscó ayuda para comprender y superar sus problemas emocionales.
La vergüenza y la humillación son heridas emocionales que se desarrollan en la infancia y pueden persistir en la edad adulta, afectando la salud física y mental. Se enfatizó en la necesidad de reconectarse con el cuerpo a través del ejercicio del espejo y apreciarlo como un compañero de vida, animando a los participantes a observar y valorar su cuerpo diariamente.
CLASE 12
Para concluir el Módulo 6, tuvimos una sesión de terapia grupal enfocada en liberar las heridas de la infancia, explicando cómo las experiencias traumáticas pueden afectar el comportamiento y las relaciones interpersonales en la edad adulta. El enfoque principal de la sesión fue actualizar las experiencias pasadas y construir una relación positiva consigo mismos, reconociendo la importancia de trabajar en la conciencia, permitirse descansar y confiar en los demás para sanar las heridas emocionales.
Lorena también describió cómo la herida de traición, que suele ocurrir entre los 5 y 7 años, puede llevar a un comportamiento controlador y a una desconexión emocional en la vida adulta. Se destacó la importancia de ser cuidadosos al hacer promesas, especialmente a los niños, y cómo las personas con esta herida tienden a ser controladoras, críticas y perfeccionistas. Lorena también señala que estas personas suelen sentirse desprotegidas, solas y vulnerables, lo que puede llevar a un exceso de independencia y dificultad para aceptar ayuda de los demás.
Lorena dirigió una actividad llamada "Realiza tu MATEA" donde los clasificaron cinco emociones (miedo, afecto, tristeza, enojo y alegría) según la frecuencia con que las experimentan en su vida diaria.
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